miércoles, 9 de julio de 2008

INTRODUCCIÓN



En una fábula de Esopo, se cuenta la historia de un zorro hambriento que da con una vid en medio del bosque. El zorro salta una y otra vez, con todas sus fuerzas, sin poder alcanzar las uvas. Por fin y a pesar de no poder hacerse de ellas, se va feliz, satisfecho consigo mismo, porque ha llegado a la conclusión de que las uvas, sin duda, estaban verdes.

Hasta ahí la fábula.

Como inmortalistas declarados, toda vez que nos hemos puesto a discutir con alguien acerca de la posibilidad de obtener la inmortalidad, hemos sentido que teníamos que enfrentarnos con el zorro de esta fábula. Detrás del gesto de estoicismo o de supuesta sabiduría en la resignación ante la muerte, siempre parece esconderse el gesto mezquino del que desdeña aquello que le resulta inalcanzable.

Invariablemente, el camino de la discusión lleva a nuestro antagonista por el siguiente derrotero:

––Yo no quiero ser inmortal

A lo que, minutos después, sin importar el rumbo que tome la discusión, seguirá el inevitable:

––Obtener la inmortalidad es imposible…

Que desenmascara el “al cabo estaban verdes” de su aseveración anterior.

Y finalmente:

––En realidad, yo creo que algo de nosotros subsiste a la muerte…

Con lo que nuestro interlocutor acaba, de modo esquizoide y contradictorio, una discusión que ha llevado a cabo consigo.

(Al fin de cuentas, si me permiten la crudeza, es como discutir sobre la hora con el Sombrerero Loco de Lewis Carroll; no importa los argumentos que uno exponga: para él, siempre serán las 5 de la tarde).


En las siguientes páginas nos proponemos demostrar que los argumentos que suelen esgrimirse para demostrar que la inmortalidad es indeseable son, generalmente, falacias, cuando no, lisa y llanamente, mentiras, prejuicios o sinsentidos lógicos.

Además, expondremos algunas de las razones por las cuales sí es deseable ser inmortal y las ventajas y desventajas (o problemas) que surgirían en un hipotético mundo de hombres inmortales.

Asimismo, a modo ilustrativo, proveeremos al lector curioso un listado de personalidades que han deseado la inmortalidad y de aquellos que, al menos, han padecido la desesperación de saberse criaturas mortales; desesperación que ha sido definida, mejor que nunca y para siempre, por nuestro querido y venerado maestro Don Miguel de Unamuno, en su obra capital: “Del sentimiento trágico de la vida”, principal fundamento de esta obra.

21 comentarios:

Idea dijo...

Soy todo oídos, u ojos para leer, para el caso.

Calderondelabarca dijo...

Silencio, por favor. No eterno, por supuesto.

Lukas Rybensen dijo...

Felicitaciones. Me alegro que la Apologética Atanatosófica tome su rumbo. Pese a no anhelar la inmortalidad física, no me opongo al deseo de inmortalidad. Solo que añado a la flor de la inmortalidad la necesidad de que esté acompañada de la fuente de juvencia para que sea deseable.
Creo que podremos debatir. Me vi tentado de firmar "Vulpes" pero el estoicismo tampoco es para mí.

Un gran abrazo

P dijo...

Yo coincido bastante con Luc.

Creo que si no me molesta tanto la idea de la mortalidad es porque me he acostumbrado.

Pienso que estaría buenísimo ser inmortal, siempre y cuando no implicara dolor o tedio.

Me daría bastante miedo la amenaza del dolor o el tedio indeterminados, pero honestamente no sé sería mucho mayor al que tengo al dolor o al tedio siendo mortal. (Esto asumiendo que realmente sea mortal).

Yo creo que cambiaría la inmortalidad por la capacidad de volar, o de ser invisible, o de viajar en el tiempo, aunque fuera por un lapso finito de tiempo. (Un lapso razonable, digo).

En cuanto a la posibilidad de la inmortalidad, no me queda muy claro a qué llaman "inmortalidad".

De fondo está la pregunta metafísica de si el tiempo es infinito. Porque si no lo es, la inmortalidad es todavía más imposible. (Esto asumiendo que las afirmaciones pueden ser "más" o "menos" verdaderas).

Y después surge la pregunta de inmortal hasta qué punto.

Imagino que cualquier técnica para la inmortalidad requiere de al menos algunas condiciones que muy probablemente pueden romperse.

A menos que los atanatósofos opinen que existe algo como el alma, o alguna otra entidad inmaterial que no se desprenda de las cosas materiales, supongo que van a estar de acuerdo con que cualquier forma de vida o de consciencia va a depender en alguna medida de la interacción entre cosas físicas como moléculas y esas cosas.

No veo manera de garantizar que alguna fuerza "mate" o "evite" esas interacciones.

P dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dante Bertini dijo...

conque piedras, doti?
No serán en su camino.
Para mí, ya mayorcito, la inmortalidad no es jauja.
Desde muy niño pensaba en ella con verdadero pavor: un eterno despertar y despertar para volver a dormir y volver a despertar.
En medio de esto, las posibilidades todas, pero, ¿tendré ilusión para tanto hacer? La Beauvoir toca el tema en "Todos los hombres son mortales" y llega a la conclusión de que ser inmortal en un mundo de mortales es un coñazo, una gran tristeza: todo son pérdidas.
La muerte es un mal rollo, sin embargo a veces pienso que lo es porque no hemos sido educados para convivir con ella. ¿Se podría?
Interesante reflexionar sobre esto.
Nos va la vida en ello.

Unamuno no goza de mi simpatía por una frase atroz: "que inventen ellos".

Darth Tater dijo...

Excelente preámbulo ¿o acaso ya estamos entrando en materia de lo que será el blog? Me gustó. También las participaciones. En particular, coincido con Luc, aunque tendré que reflexionar. No confío en la inmortalidad física, sin embargo por formación sé de la existencia de espacios y dimensiones, así que me gustará leer lo que publiquen.
P.D. Como Cacho, yo no prefiero a don Miguel aun cuando le aprecio que haya tenido la fortuna de nacer en el mismo día y mes que yo.
P.D.2. Como Calderón, espero a que demuestren que Buzz ¡sí puede volar!

Eugenia dijo...

Una persona que anda haciendo proselitismo por ahí me dejó la dirección de este blog.
Por supuesto que me fascina la idea de la inmortalidad, pero creo que nuestra condición humana no nos permite ni siquiera poder imaginar o sentir cómo sería la vida eterna.
Los dejo con Sábato, que tanto le gusta a Walter, jaja: "Al levantarse sobre sus dos patas traseras, este extraño animal abandona para siempre la felicidad zoológica e inaugura la infelicidad metafísica que resulta de su dualidad: descabellada hambre de eternidad en un cuerpo miserable y mortal".
El arte nos regala muchas veces esa ilusión de lo eterno, de lo perfecto. Por eso algunos ilusos nos aferramos a él.

Sí creo que podemos aspirar a la inmortalidad en otros planos, más allá del físico: podemos trascender a través de nuestra obra, de nuestros actos. Muchos tenemos ese anhelo de dejar una huella, de no haber existido en vano.

Besos

nadie dijo...

En Japón y Balnibarbi, donde [él] había mantenido mucho trato cuando era embajador, observó que disfrutar
de una larga vida era un deseo y una aspiración universal de la humanidad y que, si alguien tenía un pie en la tumba, procuraba mantener el otro fuera con el mayor empeño; y que los más ancianos seguían conservando la esperanza de vivir un día más, y consideraban la muerte el peor de los males, una calamidad de la que la naturaleza les inducía siempre a alejarse.



La cuestión no era, por tanto, si las personas aceptarían conservarse siempre jóvenes y lozanas, disfrutando de prosperidad y salud, sino como podrían soportar una vida eterna con todos los inconvenientes de la vejez.



Todos deseaban posponer la muerte durante un tiempo y hacer que llegara lo más tarde posible, y raras veces se oyó hablar de alguien dispuesto a morir, a no ser que le indujeran a ello un dolor o un suplicio extremos



Todos desean vivir mucho, pero a nadie le gustaría envejecer.*



Jonathan Swift - Sátiras y aforismos - Años y Días


*Esta última, por mi parte , es cierta a medias, me gustaría envejecer lo suficiente como para que no se juzgue mi trabajo por mi apariencia, o que no me pidan documentos cuando quiero comprar un vodka. Pero no más, eh.

Como no los infravaloro en absoluto, estoy segura de que tienen una respuesta perfecta para el caso, es más, posiblemente sea la primer respuesta a la lista de objeciones que ya imaginaron.



Tipeé demasiado, oh yeah

Anónimo dijo...

No entiendo el título del blog, calculo que debe venir por "Tánatos"...
explíquese por favor :P

Daniel Rico dijo...

Whalter, sos un autentico canalla, te intimo a que confieses la verdad: este blog es una cargada cruel a mi propio blog, donde combato los errores de los ATANASOFISTAS; caso contrario, enviare a mis padrinos... que son abogados.

Nunca te voy a perdonar esta afrenta, te juro odio eterno... que si tus objetivos ATANASOFITAS se logran, dejara de ser una metafora de la intensidad y podra ser realmente eterno.

El odio podra ser eterno, pero no el amor, pues se amarga con los dias, como el vino, como bien sabia Shakespeare, que tuvo que matar a los amantes enseguida para que la tragedia de Julieta no deviniera comedia.
.................................

Felicitaciones por este nuevo emprendimiento, quedo lleno de curiosidad por su desarrollo y lleno de esperanzas por su exito concreto.

P dijo...

El discípulo estaba ocupado mezclando diferentes tipos de yerbas.

-¿Para qué mezclás la yerba? -preguntó el maestro.

-Porque no quiero acostumbrarme al gusto de ninguna -respondió el discípulo.

-¿Y cómo vas a hacer para no acostumbrarte al gusto de la mezcla?

El discípulo se iluminó.

Daniel Rico dijo...

El disipulo respondio:

- Variando las proporciones de la mezcla, en teoria al menos, las posibilidades son infinitas -

El maestro se quedo callado. El discípulo se ilumino: dejo de pagarle al maestro y puso su propia escuela. Y se lleno de plata.

Cincuenta años después estaban todos muertos.

Anónimo dijo...

Las posibilidades son muchas, pero no infinitas.

Anónimo dijo...

Inversamente proporcionales a la posibilidad de leer la segunda parte de "Piano de Gatos".

Daniel Rico dijo...

No don anónimo, son infinitas, como sabe cualquiera que haya practicado arqueria en la ciudad de Elea; o haya apostado contra la tortuga en la famosa carrera contra el griego Aquiles Bailo.

En cuanto a la segunda parte del piano, aun espero su inteligente comentario a la primera, para ver si vale la pena una segunda.

Paciencia, que como dice el dicho latino "piano, piano, se van los tanos.

Gracias por su tiempo.

Fede dijo...

Paciencia: las incógnitas irán siendo reveladas… Sobretodo, si tienen la cordialidad de seguir formulándolas.

Daniel Rico dijo...

El discípulo estaba ocupado mezclando diferentes tipos de yerbas.

-¿Para qué mezclás la yerba? -preguntó el maestro.

-Porque la jamaiquina pura me pega mal -respondió el discípulo.

El discípulo se iluminó, pero despues de fumar un rato

Darth Tater dijo...

Me gusta, me gusta... ¿quién fue ese que dijo que en el largo plazo todos estaremos muertos? me lo recordó el comentario de Daniel Rico. Así que espero la contramedida en este espacio.

Carolina dijo...

Hey! me considero un ser vivo capaz de abstraer y comprender, etc etc, pero no quiero volverme enteramente hombre! con haber alcanzado la inteligencia me basta.

Jejeje

escriban algo más revelador que la introducción, queridos.

Anónimo dijo...

Estimados Walter y Fede, primero quiero felicitarlos por este nuevo blog, que ayuda a los no tan iluminados, como la que suscribe, a salir un poco de la nebulosa para encontrar un oasis de sabiduría, cuestionamientos, afirmaciones, contradicciones, atanátosofos y mi parte favorita de la intro: desmentir mentiras!
PD:un abrazo desde Córdoba, Pablo y Paola